πολιτικός (Eva Soria)
Categoría: La caja negra
Sin ningún representante en el consistorio, me eligieron a la fuerza, como candidato único para desempeñar el papel de responsable de “decisiones supremas” de mi localidad. Para un tasador de chabolas, especialista en desatascar tuberías, la apuesta de mis promotores fue arriesgada. Añádase a esto un currículum algo ajustado: estudios básicos, aficionado a las charlas radiofónicas de salón y experto en la creación de la sextina provenzal.
Mi localidad desde hacía más de una década estaba retenida por la mala fortuna, expresión de un periódico local. Y ¡cierto era! En una década habíamos sufrido dos pequeñas glaciaciones, una calima persistente desde hacía meses, sin olvidar el desagradable episodio de la fuga de un grupo de conejos modificados genéticamente que normalmente estaban controlados y concentrados en nuestro Jurasic Lepus y que aportaban unos ingresos nada despreciables a nuestro pueblo o, más bien, a nuestros representantes.
Con estos gigantes y voraces roedores asaltando parques, jardines y fruterías no es difícil de imaginar la tensión sufrida por nuestros vecinos y vecinas con aquella histórica evasión.
Con todas estas cosas en la cabeza, tenía que apresurarme para finalizar la redacción de mi primer discurso, pronunciado delante de mis paisanos. Novato en tales menesteres, pedí consejo a un viejo lobo del lugar, morador y honoris causa del Ayuntamiento. Simplificaré, para no fatigarles mucho en la lectura, los consejos que me dio:
“Mirar siempre a los presentes, con lujuria, como si…Tú ya sabes.” ¡Qué barbaridad!, pensé, acompañado de un tembleque que con el tiempo se volvió crónico.
“Hablar como si supieras de todo y siempre, siempre, muy importante esto, introducir palabras extranjeras o en su caso frases de políticos reconocidos. Esto da una prestancia importante al resto del discurso”. Yo sabía inglés básico y algo de persa.
“Mover la mano derecha, hacia arriba y hacia abajo, reiteradamente cada vez que eleves el tono de voz. Disiparás tu ignorancia”. Como necesitaba práctica en este punto, me fui a comprar al chino, bueno todo el pueblo estaba colonizado por los comercios chinos, lo único que nos faltaba era otra gran muralla, aunque ya había un proyecto. Como digo, me acerqué a una tienda y me compré un gatito brillante de esos que tienen un movimiento agotador en el brazo, lo que me sirvió de gran inspiración, a pesar de tener que dormir con una prótesis para solventar los dolores musculares en época de campaña.
“Feminizar cualquier palabra que se te resista. ¡Inclusión, amigo, inclusión!”
“Enfatizar las frases, que a priori parezcan que no tienen sentido. Son las más aplaudidas”
“Y por último y no menos importante, mencionar siempre en el discurso la palabra Servicios Públicos con matices, eso sí, nadie sabrá realmente de qué se trata.”
Con este decálogo empecé a redactar, ensayar, aprender y memorizar mi primer discurso. Dicen que fue un éxito y así debió de ser ya que la masa enloquecida subía al estrado pidiéndome autógrafos, citas, ropa interior usada y de marca, trabajo, sextinas provenzales, canciones dedicadas, un solo de trompeta… En fin ¡una locura! Los momentos históricos deben ser compartidos, por esto y si tienen a bien escucharlo, les paso la grabación:
“Estimados vecinos y vecinas, ayer no tuve un sueño, sino dos. Dos dreams, que a modo de inspiración divina me guiaron en el camino que juntos debemos emprender. La mala fortuna ha finalizado su periplo y ahora somos nosotros, ciudadanos y ciudadanas, los que debemos dirigir nuestros destinos. Estos años han sido difíciles, pero a partir de ahora trabajaremos mucho para saquear nuestro país. Prometo que todo cambiará con mi esfuerzo y esfuerza, con mi compromiso y con vuestras ganas desinteresadas. La new age de la púnica, digo de la pública, será llevada a una nueva dimensión. Nosotros, o mejor dicho, vosotros y vosotras sois los verdaderos protagonistas, participaréis de un modo directo en las limpiezas de calles, el saneamiento de centros escolares, en la recogida de basura, en el acondicionamiento de nuestra ciudad. Como bien dijo nuestro presidente, una cosa es ser solidario y otra serlo a cambio de nada, ¡Qué gran lección nos distéis en un pasado muy reciente!
Todo el mundo tendrá acceso a la enseñanza, ¡escuchad bien! Acceso a la enseñanza. Sabréis leer y escribir y, creedme, con este giro revolucionario no necesitaréis más.
No construiremos más hospitales, tenemos medios suficientes para atender vuestras dolencias básicas. Sois fuertes, paisanos, y nada os tumbará. Y recordad, si la situación es crítica, tenemos un grupo maravilloso de voluntarios que harán todo lo posible por salvar vuestras vidas. ¡No temáis! Vuestros impuestos serán guardados a buen recaudo para inversiones realmente importantes. ¡La vida es juego! Y juego es lo que vais a tener a partir de ahora. Abrid vuestras mentes, compañeros y compañeras, no hay nada más solidario que un buen servicio púbico porque son los que nos traerán prosperidad, tal y como muestra la tradición (aplausos y vítores). Nosotros haremos algo que los demás no han hecho, que es engañar a la gente. Ese es el camino de nuestra felicidad, y digo bien, nuestra.”
*Frases extraídas del Diccionario de Autoridades, según el decálogo