Ausencia (Ismael Sesma)
Categoría: La caja negra
Atraviesas el pueblo, los jirones de niebla
se confunden con el humo de las chimeneas.
Te calzas la mochila y las botas. Encaras
la subida por la senda de la antigua mina. Recoges
el frío y los olores del campo. Te concentras
en la pisada. Entreverado en el silencio escuchas
el ritmo de tu corazón, tic-tac de tambor. Caminas
con decisión de iluminado hasta hacer cima. Buscas
el horizonte en todas direcciones, observas
el solemne paisaje eterno con sensación de otro.
Hoy, la subida tiene otra condición. Percibes
la soledad como una punzada de hiel. Elevas
tu esfuerzo y tu sudor en una ofrenda, que se revelará
tan inútil como los rezos, lloros y plegarias de los últimos meses.
Te dirán que la vida sigue.
1 comentario
sonila
enero 22, 2021 en 11:32 amHola, Ismael, he sentido cada palabra, cada gota de sudor resbalando por la espalda, cada quejido de arena con cada pisada, como propio, reconocible, auténtico.
Es cierto, no hay atajos para el duelo. Y me duele tu duelo, y esa ausencia tuya, aunque me reconforta saber que ya emprendiste el camino.
Tus palabras son una ofrenda de vida saludable y necesaria.