Personajes
- Moinca
- Moinca
2
- Árbol
- Hipopótamo
- Bruja,
viste de negro, con verruga incluida.
- Ladrón
o ladrona, es indiferente el sexo. Viste todo de negro, con capucha
- Policía,
es indiferente el sexo. Viste de manera clásica, con guerrera con
botones y casco alto. Lleva un silbato que cuelga de un cordel
alrededor del cuello
-
Poeta
ESCENA 1
Aparece
Moinca en escena. Hay peluches descabezados por el suelo. En ese
momento camina abrazando un peluche, al que abraza con fuerza, pero,
de repente, se le cae la cabeza al suelo.
MOINCA:
Hala, otro peluche destrozado.
Deja
caer el peluche en el suelo, decapitado, como el resto.
MOINCA
[al frente]: ¿Y qué
hago yo ahora? Necesito abrazar. No me queda ni un solo peluche y ni
tengo dinero para comprar más. Además, necesito abrazar ya. Tendré
que salir a la calle, pese al confinamiento, a ver si encuentro
alguien a quien abrazar.
ESCENA 2
Moinca
se pone la mascarilla y se pone en movimiento. Camina hasta la puerta
(invisible). La abre, la cierra, sigue caminando. Se topa con un
árbol. Se golpea contra el árbol, no lo ve porque va mirando al
suelo.
MOINCA
[tras chocarse]: Huy,
perdone.
Moinca
sigue mirando al suelo.
MOINCA:
Dije que perdón.
Finalmente
alza la vista. Ve el árbol.
MOINCA:
Normal que no me responda, es un árbol… Pero, quién sabe, quizá
sea abrazable.
Moinca
se dispone a abrazar al árbol. Pasa un brazo por un lado y el otro
por el contrario. Lo abraza, pegando el rostro al tronco. Permanece
así unos segundos, con los ojos cerrados. En su rostro se dibuja una
sonrisa.
MOINCA:
Hmm, me encanta abrazarte, árbol. Te llevaré a casa.
Moinca
intenta arrastrar el árbol con ambas manos, pero el árbol no se
mueve.
MOINCA:
Pues nada, ya vendré otro día a abrazarte. Hasta luego.
Una
de las ramas del árbol se mueve levemente, como si se despidiese.
Moinca sigue caminando, el árbol deja de estar a la vista.
ESCENA 3
Al
rato, Moinca se topa con un hipopótamo. El animal está
tranquilamente caminando. Mueve el rabito.
Moinca
se detiene delante de su hocico. El hipopótamo también se detiene.
Gruñe suavemente (parece un cerdito en lo de gruñir).
MOINCA:
Hola, hipopótamo, con tu permiso, te voy a abrazar.
El
hipopótamo permanece inmóvil. Moinca intenta abrazarlo varias
veces. Lo abraza primero por el cuello, luego por el pecho poniéndose
de rodillas, después por la barriga desde abajo y, finalmente, desde
arriba. Pero los abrazos son un fiasco.
MOINCA:
Hipopótamo, eres poco abrazable. Que tengas un buen día.
El
hipopótamo gruñe suave y sigue su camino, mientras Moinca sigue el
suyo.
ESCENA 4
Al
rato, Moinca se topa con una escoba por el suelo. La recoge y la
mira. Después se dispone a abrazarla. No hay modo, la escoba es
demasiado fina.
Y
mientras está en ello, se le acerca por detrás una bruja. Lleva un
cono como gorro, unos pelos horrendos, viste de negro y tendrá una
nariz puntiaguda con una verruga del tamaño de una canica.
BRUJA:
Aquí estás, Mariola.
MOINCA
[volviéndose hacia la bruja]:
No, Moinca.
BRUJA:
¿Mande?
MOINCA:
Que me llamo Moinca, no Mariola.
BRUJA:
Hablaba con mi escoba.
MOINCA:
¿Es que la escoba habla? Porque abrazar no abraza.
BRUJA:
Normal, no tiene manos. Pero no habla, aunque sí vuela.
MOINCA:
¿Que vuela?
BRUJA:
Sí, está embrujada.
MOINCA:
¿Entonces usted es una bruja?
BRUJA
[vacila]: Esteee…
Moinca
no espera una respuesta. Se lanza sobre la bruja y se dispone a
abrazarla, pero no acaba de hacerlo.
MOINCA:
Puaj, qué horror, qué mal huele usted. [Se
aparta]. Huele a ajo… y cebolla. Se trata
de alguna poción.
BRUJA:
Noooo, es que estaba preparando un estofado para comer.
La
bruja recoge la escoba del suelo y se la coloca entre las piernas y
saliendo corriendo para tomar carrerilla y despegar. Se pierde de
vista.
MOINCA:
Qué mal educada, puede ser todo lo bruja que quiera, pero ya podía
despedirse.
ESCENA 5
En
ese momento, se oye un silbato.
POLICÍA:
¡Alto, deténgase!
Aparece
un ladrón corriendo. Viste todo negro, con una capucha toda negra
que solo deja a la vista sus ojos. Moinca se interpone en su camino.
Va con los brazos abiertos.
MOINCA:
¡¡Un abrazo!!
El
ladrón no se lo espera. Se detiene asustado. Moinca aprovecha para
abrazarlo. Lo aprieta. El ladrón intenta zafarse de Moinca. Llega el
policía corriendo, pero sin aliento.
POLICÍA
[jaleando, con la mascarilla colgando]:
En nombre… de la… de la… ley… alto.
El
ladrón consigue zafarse de Moinca y sale corriendo como un galgo.
Mientras, el policía intenta recuperar el aliento, momento que
Moinca aprovecha para abrazarlo.
POLICÍA:
¿Qué hace? ¡Suélteme!
MOINCA:
A ver si se lava, que huele a sudor. Y haga más ejercicio, que está
en muy mala forma.
POLICÍA:
¡¡Suélteme!!
Moinca
lo suelta. El policía continúa con la persecución. Sopla el
silbato otra vez, sin resuello, y se pierde de vista.
MOINCA:
Está visto que no encuentro a quien abrazar. ¿Pero es que la gente
no entiende que para mí abrazar es algo vital? Ay, qué penita. Me
vuelvo a mi casa.
ESCENA 6
Moinca
se pone a caminar. Avanza rápido. Llega hasta la puerta invisible de
su casa. Se retira la mascarilla. Se saca la llave, la mete en la
cerradura, desatranca, abre la puerta y entra en casa.
Se
queda parada un momento. Luego se dirige al espejo de cuerpo entero.
El público ve la espalda de Moinca, mientras que verá su imagen de
frente. Según se acerca, se ve su imagen acercarse. Lógicamente, el
reflejo del espejo repite los movimientos de Moinca, que solo moverá
levemente la mano y la cabeza mientras monologa.
MOINCA:
Es muy triste mi vida. Yo, si no abrazo, exploto. Pensé que abrazar
gente o árboles, o animales, sería más placentero que abrazar
peluches, que se rompen enseguida, pero lo cierto es que no resulta
[suspira con mucha pena].
Moinca
se cubre el rostro con las manos y hasta solloza. Se la queda mirando
reflejo, que gira la cabeza hacia un lado.
De
repente, el reflejo de Moinca, o sea, Moinca 2, se asoma por fuera
del marco del espejo.
MOINCA
2: Psst…
Moinca
no se da por enterada. Moinca 2 insiste.
MOINCA
2: ¡Eh!
Moinca
sale de su ensimismamiento. Ve a Moinca 2. Da un paso para atrás.
MOINCA:
¿Quién eres?
MOINCA
2: Yo soy tú.
MOINCA:
¿Y tú eres yo?
MOINCA
2: Depende.
MOINCA:
¿De qué depende?
MOINCA
2: De si eres abrazada o abrazante.
MOINCA:
No entiendo.
MOINCA
2: Vamos a ver. Tú qué quieres, ¿abrazar o ser abrazada?
MOINCA:
Abrazar, pero me sale fatal. No lo consigo.
MOINCA
2: ¿Y alguna vez te han abrazado?
MONICA
[dudando]: Este…
Creo que no. No estoy segura.
MOINCA
2: Si te hubiesen abrazado, no lo olvidarías.
Moinca
2 sale del espejo. Ambas Moincas están frente a frente.
MOINCA
2: Anda, abrázame.
MOINCA:
¿Estás segura?
MOINCA
2 [haciéndole un gesto con la mano para que
se le acerque]: Completamente.
Moinca
se le acerca lentamente. Alza lentamente los brazos para abrazar a su
reflejo. Moinca 2 hace lo mismo y abraza a Moinca. Al cabo de diez
segundos, se separan lentamente.
MOINCA
2: ¿Qué tal?
MOINCA
[emocionada]: Uf, ha
sido increíble, no tengo palabras.
MOINCA
2: Por qué.
MOINCA:
Pues porque al mismo tiempo que te abrazaba, me abrazabas.
MOINCA
2: Pero si yo soy tú, tú te abrazabas a ti misma.
MOINCA:
No me líes.
MONICA
2: ¿No lo notas?
MOINCA:
¿El qué? ¿Que recibo un abrazo?
MOINCA
2: Es más que eso. Es la primera vez que te quieres a ti misma. Y
cuando abrazas, el amor que tienes en ti misma debes dárselo al
mundo. Pero, al mismo tiempo, tienes que ser abrazada para que el
mundo te devuelva ese amor.
MOINCA:
No digas bobadas.
MOINCA
2: Es la pura verdad. Sal al mundo y abraza, pero que te devuelvan el
abrazo.
De
repente, el reflejo de Moinca regresa al espejo. Se pierde al otro
lado.
Moinca
tarda un poco en reaccionar, pero luego decide seguir a su reflejo.
MOINCA:
¡Espérame!
Moinca
atraviesa el espejo, pero es como si pasase un marco vacío, no cruza
a otra realidad.
MOINCA:
¿Por dónde te has ido?
Silencio.
Moinca mira a su alrededor. De repente ve un marcador negro y una
cartulina blanca. Se sienta en el suelo y escribe en letras grandes:
“Abrácenme para superar el confinamiento”.
ESCENA 7
Luego,
se cuelga la cartulina, se coloca la mascarilla, se dirige a la
puerta invisible de la calle, la abre, sale y la cierra. Una vez
fuera, se sienta en el suelo con el cartel bien a la vista. Se sienta
a esperar. Y lo primero que oye son los pasos de un poeta bigotudo,
sin mascarilla, ególatra y mediocre que se le acerca, el cual va
recitando una oda a las palomas que defecan en las estatuas.
POETA:
Qué
más os diera, palomas,
respetar
la piedra en la loma.
Dejad
al vate pulcro,
como
ya lo está en el sepulcro.
Esmeraos,
ratas con alas,
en
no defecaros en su gala…
El
poeta, al pasar a su altura, le lanza sin mirarla una triste moneda,
porque no ha entendido nada, se ha creído que Moinca es una
pordiosera.
Pero
Moinca se levanta, aborda al poeta, lo abraza fuerte y, sin soltarlo,
le recita algo.
MOINCA:
Vate
y poeta de boato,
mírame
aquí un buen rato.
Deja
que te abrace,
mientras
la gana alcance.
Y
si tienes pizca de arte,
abrázame
sin hartarte,
y
espero que te aguante la barbilla
pues
te abrazaré hasta la mascarilla…
El poeta se mantiene inmovilizado. Moinca lo abraza
con todas sus fuerzas y le pregunta.
MOINCA:
¿Quieres acabar de pasar el confinamiento conmigo y que te presente
a mi reflejo? Nos podemos abrazar los tres.
El
poeta masculla algo entre dientes, pero está sin aliento.
MOINCA:
Y a ver si abrazas un poco, que aquí todo el amor lo pongo yo.
Aquel
será el primer vate que fenezca apapachado, que es, sin duda, un
modo de morir siendo amado y bien rimado.
TELÓN
NOTAS:
Moinca
debería llevar una máscara, para que la actriz que interpreta a
Moinca 2 tenga el mismo rostro.
La
puerta de la calle es invisible. Moinca la abre y la cierra como un
mimo.
Moinca
no camina realmente. Solo mueve los pies. Los que se mueven de verdad
son los demás personajes, aunque dentro del escenario Moinca puede
dar algunos pasos.
El
hipopótamo es un personaje que requiere de dos actores.