Vuelo de águila (Ismael Sesma)
Categoría: Me aburro
El tedio de una tarde canicular le llevó a aquella galería de arte, un oasis en la sofoquina. Vio a la mujer desde la entrada, pero el calor le impedía cualquier esfuerzo sin una mínima garantía de éxito. Paseó sin rumbo, hasta que el aire acondicionado obró el milagro: unos minutos después, estaba listo para la apuesta. La buscó. Ella estaba parada y absorta en la contemplación de uno de los cuadros. Se colocó a su lado, en silencio. Se miraron. El sonrió y ella le devolvió la curvatura de los labios. Después cruzaron algunas frases lentas sobre la valía del pintor y el sentido de varios de los cuadros expuestos. Envalentonado, comenzó una disertación erudita y florida sobre los cánones del arte, que logró elevarle por encima de todos y de todo. Ensimismado y fresco, se regodeó en las alturas de su conocimiento, que parecía abarcar todo el saber acumulado en el mundo.
Cuando descendió, ella ya no estaba allí.