Día internacional del silbido (Carlos Candel)

Día internacional del silbido (Carlos Candel)

Categoría: Silbando a trabajar

– ¡Feliz día del Silbido!!!! -saludó al entrar y continuó silbando hasta ocupar un asiento en la sala.

– ¡Igualmente!!! -recibió como respuesta- …como iba diciendo, el Día del Silbido es ese feliz día que, como cada 1 de mayo nos hace recordar que…

Alguien en la sala interrumpió de nuevo alzando su mano, como una estaca en mitad del espacio que hizo detener a la ponente.

– Preguntas al final, por favor -dijo ésta, haciendo un gesto para que aquel muchacho bajara el brazo, aunque fue inútil, pues el chico no cesó en su empeño de interrumpirla-. Nos hace recordar que hubo un tiempo en el que los seres humanos necesitábamos realizar un esfuerzo físico o mental cada día para poder subsistir.

El muchacho, que no había abandonado en su persistencia, ondeó su brazo nervioso, dando la sensación de que no podía esperar, que la pregunta era esencial para el desarrollo de la explicación de la ponente.

– A ver, ¿qué deseas? -se rindió finalmente.
– ¿Era obligatorio?

La ponente no estaba preparada para una pregunta tan directa. Estaba acostumbrada a cuestiones un poco más argumentadas. Y ni siquiera estaba segura de haber comprendido del todo el sentido de la misma. El chico comprendió por su gesto que necesitaba ofrecer algo más de información.

– Me refiero a que si te obligaban a hacerlo… a trabajar.

La ponente hizo un gesto confuso.

– Bueno, no exactamente, pero si no lo hacías, no disponías de dinero para comprar aquello que necesitaras, como por ejemplo, comida, o una casa, o un vehículo.
– ¿En serio? -dijo el chico, enfatizando la pregunta con los ojos y la boca.

La ponente afirmó con la cabeza.

– Como decía, el día del Silbido toma su nombre de una vieja película de los estudios…
– Y… -interrumpió de nuevo el joven- ¿es que ahora sí tenemos dinero para comprarnos lo que queremos?

La conferenciante no sabía qué responder.

– Bueno… no estoy programada para responder a ese tipo de preguntas. El silbido pasó a convertirse entonces en un símbolo de la ociosidad…

El auditorio estalló en carcajadas, al tiempo que el muchacho se hacía fuerte para seguir haciendo preguntas.

– …el Día internacional del Silbido sirve para recordarnos la suerte que tenemos ahora que ya no necesitamos trabajar… salvo en el Día internacional del Silbido, en el que todos trabajamos como conmemoración de aquellos días.

– ¡Sí! ¡A mi padre le pagan más si lo hace silbando! -gritó otro desde el fondo de la sala.

– ¡Señora robot! ¿Usted sí puede comprarse todo lo que quiere?

En ese mismo instante, la ponente activó su sensor de falta de atención y se desconectó hasta la siguiente clase, en la que esperaba encontrar una mejor audiencia para explicar el sentido del 1 de mayo, Día internacional del Silbido. El auditorio se deshizo en un ooooohhhh general y fue abandonando con cierta desilusión la sala. Para un año que la charla del 1 de mayo resultaba un poco más divertida…


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