Silencios de muerte (Maite Martín-Camuñas)
Categoría: La caja negra
El fuego se convirtió en vapor
de oscuro espanto…
el amor, agua que permutó en nube.
La distancia eterna se alejó despacio
nuestros cuerpos,
abrumados,
dejaron de arrullarse.
Ya por mis mejillas
se deslizan torrentes de distancias.
Silencios de muerte
hay entre tus huellas y mis pasos
se perdió la certeza de “mañana”
feneció el ayer y el hoy marchó temprano
no hay tregua en los árboles de sal que me fluyen.
Mis ojos miran de reojo
cualquier soplo de ternura,
más la pétrea figura que se sienta
a mi orilla en el diván,
es de cera endurecida
de pálido furor y reproches oxidados
que acaparamos
en el baúl que antaño atrancamos.
La salida es la distancia,
el abandono del hogar agasajado;
tanto tiempo perseguido y añorado,
el rincón del descanso
y el arrullo de los años,
la mano hermana
que guiará nuestros pasos…
Nada queda en pie,
todo se ha desmoronado
Se ha perdido en una palabra,
en un verbo aciago,
no hay perdón para el que calla
ni silencio que despierte
los “te quiero” ya olvidados…
Solo la vereda que diviso en lontananza
y que me impele a dar el primer paso
aquél que me aleje de tus brazos.