Cuando acabó todo, salieron a la calle y el mundo les pareció como creían que siempre había sido (Carlos Lapeña)
Categoría: La caja negra
A pesar de las voces de protesta y algún intento de aferrarse al vaso o encerrarse en el cuarto de baño, el sentir general fue de comprensión y aceptación… de satisfacción, en realidad.
La fiesta había estado bien, había sido un éxito; más todavía, había sobrepasado las previsiones más optimistas, las mejores expectativas. Y había durado tanto… Mucho más de lo previsto, mucho más.
Había durado tanto que nadie recordaba el principio, ni la fecha en que decidieron acudir, ni las circunstancias que la habían propiciado.
Había durado tanto que no reconocieron el mundo del exterior, ese que ahora los deslumbraba con tanto foco, los ensordecía con esos himnos, los estremecía con ese olor rancio, los confundía con el tacto áspero de los uniformes y frío de las armas.
Les pareció un mundo ordenado y limpio, con los caminos bien definidos y las calles recién barridas. Y anduvieron hasta sus casas y se acostaron y tuvieron unos sueños turbios y despertaron con el sonido de las alarmas y las proclamas.