El ejercicio (Javier González)
Categoría: La caja negra
PROFESOR: Díganos, Gutiérrez. ¿A qué se dedica se padre?
ALUMNO: Mi papa es reformista.
PROFESOR: Acabáramos Gutiérrez. Los reformistas hunden a pasos agigantados al país. Qué digo. A todos los países. Porque los reformistas hincan sus garras en todos los rincones del mundo. No tienen hartazgo. Aves de rapiña que se ciernen sobre todas las cosas sagradas que no han de cambiarse. Que si reformas laborales, que si reformas educativas, que si las pensiones. Que ahora el tráfico, que mañana ya no valen los coches y tendremos que venir al centro a lomos de un pollino como el buen Jesús. Con los reformistas como su padre el futuro es un amasijo incierto, donde ustedes tendrán que rebuscar como cimarrones en los vertederos.
ALUMNO: Mi padre reforma baños, cocinas, cubiertas y todo lo que haga falta reformar en una casa pero nunca mencionó las que usted dice.
PROFESOR: Acabáramos Gutiérrez. Su padre pertenece al gremio de los fariseos. Los que a base de pico y llana te defenestran el piso y la cuenta corriente. Profesionales de nada que meten la mano en todo. Estafadores que enseñan el oficio de trilero a sus vástagos para que sepan gestionar engaños en el futuro. Si les contara la chapuza que sufrí en mis propias carnes por sujetos de esta calaña, temblarían de horror y soltarían improperios contra semejantes hienas. Una semana entera pidiendo que llegara el apocalipsis y nos barriera a todos del universo. Así me sentía encerrado entre escombros, botes y escaleras de madera.
ALUMNO: ¿Y sobre el enunciado incorrecto del ejercicio que pasa?
PROFESOR: ¿Qué ejercicio?
ALUMNO: El que mandó usted ayer y que no tiene solución porque el enunciado es erróneo.
PROFESOR: ¿Insinúa que debo reformar el enunciado?
ALUMNO: Si quiere que tenga solución.
PROFESOR: Acabáramos Gutiérrez. (Suena el timbre y salen todos de la clase sin prestar atención a las palabras del profesor, incluido Gutiérrez).