Pocas luces (Eva Soria)
Categoría: La caja negra
“¡Ay, hijo mío, qué pocas luces tienes!”
Esta frase como sentencia de muerte revoloteó a lo largo de su vida, al igual que esas mariposas funestas, presagiando algún infortunio inesperado.
Negado para todo en lo que los demás brillaban, decidió dejar el pueblo y así darse la oportunidad de imaginar un futuro más complaciente.
Los comienzos fueron difíciles, el trabajo escaso y su falta de seguridad en todo lo que emprendía, determinante. Sin embargo, la alineación de los planetas o la suerte caprichosa hicieron que su existencia diera un giro inesperado.
Desde hacía años, los periódicos ofrecían páginas de mensajes aterradores sobre el agotamiento de los recursos naturales y el ocaso de una sociedad que se resistía a sacrificar las conquistas de viejas batallas.
Por aquel entonces, nuestro protagonista había conseguido alquilar un pequeño local dedicado a la venta de velas y de todo tipo de antiguos artilugios luminosos de bajo coste, sin dependencia eléctrica y de fácil
manejo.
“Pero, hijo ¡vaya ideas tienes! “
La posibilidad de un regreso a las tinieblas estaba presente en cada conversación y en cada mirada, una espesa niebla. A la amenaza de un apagón se unió el miedo al abismo que producía la oscuridad de una vuelta a las cavernas: el presente traía de nuevo un pasado aletargado en los libros de historia. El pánico se extendió por las calles, entró en las casas, se apoderó de las almas encadenadas a los fabricantes de falacias. Y fue entonces, cuando la tienda de velas y antiguos artilugios cada día de cada mes, durante un año, se vio inundada por una multitud de gente desesperada por comprar, comprar, comprar… la luz que les iban a arrebatar. El apagón nunca se produjo, aunque una nueva era de luces y sombras se instauró en el devenir de la sociedad. La ceguera de pensamiento de los ciudadanos permitió que el protagonista de esta historia cambiara su suerte y que renovadas mariposas aparecieran en su vida.
“¡Pero, hijo mío, si al final resulta que vas a ser el que más luces tienes de
todos los de la ciudad!”
