A oscuras (Ismael Sesma)

A oscuras (Ismael Sesma)

Categoría: La caja negra

Soy hija de un apagón, mi madre me lo suele decir cuando se enfada conmigo, como dándome a entender que mi llegada a la familia fue un accidente, un imprevisto. Y lo cierto es que mi hermano Víctor es nueve años mayor que yo. Hoy, después de mucho tiempo se lo he vuelto a escuchar; anoche volví muy pasada de rosca y a las tantas.

Cuando era adolescente, mi madre me esperaba despierta, había que ver la cara que me ponía. Encadenaba reproches y recomendaciones que me entraban por una oreja y me salían por la otra, sin dejar ningún poso. Toda la perorata la remataba siempre con un ‘¡esto se ha acabado, apaga y vámonos!’, que recibía con seriedad, aunque me hacía mucha gracia. La única consecuencia eran sus morros un par de días, hasta que volvíamos a ser las de siempre.

Ya no me espera despierta, ni me sermonea la mañana siguiente. Pero se ve que, en vez de estar acostumbrada a mis desparramos, ahora lo soporta peor. Tan mal lo lleva que cuando me he levantado a mediodía, tenía la maleta preparada. La he prometido que iba a cambiar; he utilizado todo mi arsenal de disculpas y buenos propósitos, hasta me ha salido alguna lagrimita. Nada ha servido, me ha puesto en la calle con el consabido ‘apaga y vámonos’.

Contárselo a mi padre y pedirle que me acoja no es opción; no soporto a su mujer, ni ellos me soportan a mí. He llamado a unas amigas y tengo resuelto el alojamiento unas semanas. Es una solución provisional, claro. No me digas cómo, pero he terminado aquí sentada, en la iglesia, que está calentita y en silencio. Supongo que busco iluminación.


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