El reencuentro (Eva Soria)
Categoría: La caja negra
La luz tenue del bar de copas envolvía las siluetas de la clientela habitual de las tardes del viernes.
Complicidad.
Los clientes se distribuían en las mesas siguiendo las rutinas de cada semana, aunque hoy en el ambiente se respiraba el nerviosismo en las conversaciones entrelazadas que reverberaban en las paredes del local , hasta aquellas palabras incómodas y amordazadas por el silencio, encontraban su hueco.
Mirar sin observar.
Al fondo ….
“ Tío, no jodas, eres historiador. ¿No vas a votar?. Sabes mejor que yo, el daño que hace el silencio de las abstenciones. ¿Has dejado de luchar?. ¡No me lo puedo creer!. El fascismo está aquí. Nos acechan y nos están rodeando. No dejemos que vuelva otra noche de cristales rotos. Avalanchas de odio, rencor e inseguridad, nos van a sepultar. El miedo y la ignorancia se encargarán de hacer todo lo demás. Si dejamos que ganen, perderemos mucho más de lo conseguido por aquella gente que luchó por un mundo mejor.
Mira, tengo la mesa llena de sobres con listas electorales, la mayor parte de ellas irán al contenedor de reciclado, aún sé reconocer el peligro de tierras yermas adornada con flores de plástico. Lo mismo da las listas tontas que los tontos en las listas . Mañana voy a buscarte. Mañana votamos.”
El resplandor de la luz del móvil pierde poco a poco su intensidad.
En la mesa redonda de mármol, un vaso vacío sediento, sobres de colores mostrando sus entrañas, una entrada de cine.
Un hombre se acerca.
‹ Venía de camino. ¿Otra ronda?” ›