El mar (Carlos Candel)
Categoría: La caja negra
Me sumerjo en el plácido azul del océano. Es relajante y, al mismo tiempo, inquieta. El perfil del horizonte se desdibuja allí donde se toca con el cielo. Un velero navega al fondo. Mis pies desnudos prácticamente lo tocan desde la distancia. Casí puedo oler las brasas ardiendo a tan sólo unas decenas de metros, en la barca del chiringuito. Una bebida bien fresquita y el sabor salado de las sardinas invadiendo mi paladar. El sol calienta tanto la arena que invita a taparla y darle un respiro con la toalla. Por suerte, la sombrilla me protege de la flama.
“¡Qué bien se está de vacaciones! ¡Qué maravilla poder disfrutar del mar!”, me digo a mi mismo mientras cierro la fotografía que la aplicación de imágenes me invita a rememorar de las vacaciones del año pasado.
Y cambio fotografía por ventana, playa por ciudad, vacaciones por… esto.