Velitas de colores (Eva Soria)

Velitas de colores (Eva Soria)

“Venga una más, ya he puesto la verde, la roja, la amarilla, la morada, una más. Ahora la blanca y también la naranja… A ver si apareces de aquí a mañana. Mira , esto es fácil. Él es un descuidado y encima sigue trabajando: una presa perfecta.

Ya sabes, tienes donde esperar: en los asientos, en los asideros, en las puertas, en las ventanas, en el volante, en su reloj… Te acercas y cuando la distancia sea la propicia… ¡ Zas…! ¡En tu terreno! Bueno, o si lo ves arriesgado, en el descanso de media mañana. Eso, eso es; se quitará la mascarilla y fumará, entonces será tu momento, pero sobre todo el mío…

Venga, ¿otra velita? Ahora la negra, la marrón, la azul y la roja, y la amarilla y la morada.

Pero, ¡aparece de una vez! Y así te lo llevas. Me da miedo escucharme, pero ¿sabes? Contigo todo está siendo mucho peor. Mírame. Sin esperanzas, sin paciencia, sin máscaras, solo una última oportunidad, y entonces mi aislamiento de años habrá acabado para siempre.”

Vamos, ¿qué coño estás haciendo ahora? Que ya son las 20:00h… A aplaudir, y quítate esa venda, que no es para tantoRugió la bestia.

“ —Ahora las enciendo y te rezo murmuró “¡Dios, cómo duele! Tengo la mano muy hinchada. Este cabrón me volvió a romper el dedo. Joder, y decía que la sopa estaba fría…”

Un pasillo estrecho pero iluminado, unas ventanas abiertas de par en par, un hombre de espaldas, un cigarro en el cenicero, una mascarilla en el suelo. Aplausos al son de acordes invadiendo calles, terrazas, ventanas, manos acompasadas en un mismo movimiento.

Resistiré.

Si la gente supiese… Y ahora a aplaudir… ¡cómo duele!”


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