La muerte de Damián Lamacán
Categoría: La noche de los cuentos vivientes
Damián Lamacán era el hijo único de un comerciante de vinos que se pasaba gran parte del año de viaje. Su madre murió en el parto y fue criado por su invidente abuela. Quizás por esa razón se aficionara tanto a la lectura… y en el futuro, a la bebida. No tenía hermanos ni familiares con los que pasar el tiempo. Desde niño acumuló en sus estanterías centenares de viajes y sueños ajenos.
Cuando murió su padre, a causa de un naufragio en las costas de la Isla Inaccesible, donde habían pensado atracar para descansar antes de atravesar el Atlántico en su ruta comercial hacia las Américas, le dejó todas sus riquezas. Por ello, Damián no tuvo necesidad de trabajar. Fallecida también la abuela, se pasaba el día leyendo en la intimidad de su solitaria mansión.
Aquella noche se dispuso a leer Las aventuras de Arthur Gordon Pym, la conocida novela de Edgar Allan Poe, al tiempo que tomaba un baño relajante. Encendió las velas que emergían cual volcanes sobre sus dos candelabros de plata, se sirvió la quinta copa de vino tinto de la noche y se sumergió entre la espuma, audaz como un marinero internándose en la bruma. La luz tenue tintineando armoniosa sobre los azulejos de la pared, la cálida caricia del agua tibia en su piel y el efecto combinado de seis copas de vino y una estimulante, a la par que relajante lectura, hicieron el trabajo de la parca aquella noche. Y Damián Lamacán sucumbió a los brazos de la oscuridad sumergido en lo que creyó ser, antes de ahogarse, las fieras aguas del Atlántico chocando contra las rocas de la Isla Innaccesible.
Ahora vaga, junto al resto de miembros de la Santa Compaña, convencido de que entre ellos encontrará al fin a su desaparecido padre hasta que alguien le aclare que, en realidad, murió ahogado en su propia bañera. ¿Se lo dirás tú?